Este domingo, más de 100 personas de diferentes colectivos ambientales y sociales se manifestaron y desplegaron pancartas en la rambla del Albujón, para reclamar a las administraciones, especialmente al Gobierno Regional, medidas urgentes que permitan la desaparición de la denominada “Mancha blanca”, que es una zona del Mar Menor comprendida entre la desembocadura de la rambla del Albujón y la Isla Perdiguera que presenta un aspecto blanquecino. Dicha área, que se ha mantenido persistente, incluso creciendo, en los últimos años, tiene un agua turbia, blanquecina y con abundante fitoplancton, lo que no permite suficiente iluminación del fondo marino, provocando la desaparición de la vegetación submarina, parte esencial del ecosistema, de la que dependen muchas otras especies.
Las medidas que reclaman las asociaciones para revertir esta situación, pasan por reducir la superficie de regadío intensivo y ganadería industrial del Campo de Cartagena, que acaban contaminando el Mar Menor con nutrientes que afectan muy negativamente al ecosistema, y que precisamente están muy vinculados al origen de la “Mancha blanca”.
Desde los colectivos denuncian que la agroindustria supone un gran beneficio para unos pocos a costa de esquilmar y contaminar los recursos naturales de toda la sociedad, que acaba pagando todos los impactos que no asumen las industrias agrícola y ganadera. Cada vez más, quienes se benefician de la agroindustria -tanto en el Campo de Cartagena como en otras zonas de la Región donde se va expandiendo inexorablemente, como el Altiplano y el Noroeste- son grandes empresas, y en muchos casos de capital extranjero.
La multitudinaria protesta culminó en el puente sobre la rambla del Albujón, que se ha convertido en río de la vergüenza, que vierte día a día, minuto a minuto, toneladas de nitratos y fosfatos al ecosistema de Mar Menor y poniendo al límite su resistencia.
Además de la lectura del manifiesto, se manifestó el asombro y enfado con el que los colectivos han recibido la noticia de la reciente sentencia judicial, que impone una sanción irrisoria de apenas unos miles de euros para uno de los (muchos) responsables de contaminar durante años la laguna con salmueras y nitratos, y que es muy inferior al daño producido y al beneficio ilegítimo que ha supuesto para el infractor. También se criticó que en el conocido como caso Topillo no se esté teniendo en cuenta la Ley 19/2022, de 30 de septiembre, para el reconocimiento de personalidad jurídica a la laguna del Mar Menor y su cuenca, vigente desde el 3 de octubre de 2022.
El velero Diosa Maat participa en la protesta.
El velero Diosa Maat de Ecologistas en Acción, apoyó y participó en la protesta desde las aguas del Mar Menor, desplegando pancartas precisamente en la zona de la Mancha Blanca, junto a activistas de AMARME, Yayoflautas y SEO/BirdLife que iban a bordo del llaut eléctrico de vela latina “MarinaII”, así como los cineastas que han realizado el documental 'Yo soy el río, el río soy yo', basada en el río Whanganui, en Nueva Zelanda, primer ecosistema a nivel mundial en tener reconocida su personalidad jurídica.
La tripulación del Diosa Maat, que contaba con activistas de Ecologistas en Acción y Procabo, pudo comprobar la diferencia de transparencia entre las aguas de la “mancha blanca” y el otro extremo del Mar Menor. En la primera, la visibilidad era de poco más de metro y medio. En cambio en la segunda era de unos cinco metros, más del doble. En el Mediterráneo, la tripulación pudo comprobar que la visibilidad era de más de nueve metros, el doble que en el Mar Menor.
Los efectos de la turbidez del agua en un ecosistema acuático tienen que ver con la escasa iluminación del fondo marino: al no recibir suficiente luz solar, las algas y plantas del fondo no pueden realizar su función de fotosíntesis. Esta falta de visibilidad e iluminación afecta también a diferentes especies animales, por lo que el ecosistema se ve muy afectado en dichas áreas.
El origen de la “mancha blanca” está principalmente en la actividad agrícola y ganadera, que además de aportar toneladas de nutrientes al ecosistema, también ha provocado el aumento de las descargas del acuífero y la entrada de agua dulce a la laguna.
Otra de las consecuencias del aumento de nutrientes en el Mar Menor es la proliferación masiva de medusas, algo que pudo comprobar la tripulación del Diosa Maat, especialmente en la zona central de la laguna, entorno a las islas del Barón y la Perdiguera.
El Diosa Maat continúa su actividad en los próximos días desde el Puerto de San Pedro del Pinatar, en el Mediterráneo, y en breve anunciarán actividades de concienciación sobre el ecosistema marino, sus especies y los impactos a los que lo sometemos con la actividad humana.
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