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Buenos días, hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024
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Historia de una gaviota herida o como cuando parece todo perdido, puedes tener una oportunidad o tan sólo microdecisiones
Tomamos miles de microdecisiones a lo largo del día, en cada momento, en cada segundo, determinamos con ello lo que vivimos, no vale centrarse en los ysis, lo importante es ser conscientes de cada microdecisión que tomas.
Te organizas el día, te pones unos objetivos, todo fluye perfecto, quieres documentar una zona del Mar Menor, nada mas empezar te encuentras… con una gaviota debajo de una palmera, hay una pareja observándola, y te quedas inmóvil, la pareja se va y… sigues inmóvil, no sabes que hacer y llamas al 112, lo primero que dices es.. no se si es en el 112, hay una gaviota en el paseo de la playas de La Llana, (creo que me equivoqué en la explicación, aunque dos mujeres que después llamaron dieron la dirección correcta), me dijo… “se puede ir…” sin embargo, les respondí “espero aquí”, me quedé.
Multitud de personas que se paran delante de ella, que es más visible porque una humana en vez de andar el paseo que es muy largo y recto está parada sin motivación aparente, dando tumbos en sentido contrario al fluir de la gente, por eso miran más abajo buscando mi porqué y la encuentran a ella.
Muchas personas extranjeras que viéndola, no hay limitación en la lengua, los gestos son nuestro idioma, preocupadas preguntan.
Una corredora que se para y me dice, ”las consideran las ratas del mar, ojalá vengan cómo dices, aunque no lo creo".
Otras personas que... “está agonizando” “mira, es muy vieja” “ son estertores”... recibía estas palabras y con cada uno nuevo, mi desánimo aumentaba.
A veces el destino se forja con nuestras microdecisiones, en éste caso, ver la gaviota, parar y abandonar mis planes, a veces nos enriquecemos si somos capaces de responder a nuestro entorno.
Organizamos sin dejar espacio a la improvisación, al imprevisto, no pienses en lo planificado, déjate llevar ... Hay un mundo que te ofrece mucho más si dejas que te lo ofrezca, a veces lo que aportas es mínimo y recibes un universo.
En éste caso y quizás... Podamos haber salvado la vida de una gaviota.
Aunque no quiero adelantarme, tampoco lo sé.
Un hombre extranjero, aproximadamente a una hora de espera, a la vuelta de su paseo, me preguntó y como seguía esperando, y yo no me quería mover de su lado, ya que aparte de personas, había perros y provocaban estrés en la gaviota, me creía estar en la obligación de protegerla, aunque no muy hábil, porque de repente pasaba algo, quedamos que avisaba en el inicio del paseo para comunicar lo de la gaviota.
Otro hombre extranjero, me dice “eres buena persona”, aunque le dí las gracias, tan sólo creo que hacía lo que creía que tenía que hacer.
Casi dos horas después, pensé “necesito ayuda, alguien que también llame para ver si se agiliza, enseguida dos mujeres que se lo pedí, llamaron otra vez al 112 dieron la ubicación y esperaron conmigo un buen rato.
Llega un momento que incluso te cuestionas el porqué, dudas si seguir o no, hasta que ves en el horizonte un vehículo y crees que es la ansiada ayuda, le haces gestos con los brazos como posesa, y cuando consigues que pare, te dice que no viene por la gaviota sino por un alcatraz muerto para recoger, le pido por favor, le digo que no tiene alternativa porque no parece una pata sino el ala, sin embargo, Antonio lo intenta y la gaviota se va al agua… me dice “no se puede hacer nada si se va al agua”.
Es en este momento que flaqueé, pensé… si está bien para ir al agua… quizás… sin embargo algo me impidió dejarla… Antonio se fue y yo seguí con ella.
La gaviota pasó uno de los puentes, después otro… y llegó a tierra, debajo de un puente que por el otro lado estaba ciego, en el rato que estuvo, intentó volar y se veía perfectamente que no podía, no podía salir de ahí, esperé, esperé a Antonio ya que tenía que volver por el mismo sitio.
Cuando vi el vehículo, para mi fue… como agarrarme con uñas y dientes a una tabla de salvación, ya que de nuestro aviso no se sabía absolutamente nada, agradezco a Antonio y al Centro de Recuperación de Fauna de Murcia por aceptar la gaviota que no tenía prevista.
Gracias por parar por segunda vez y en esta ocasión que estaba arrinconada y con pocas fuerzas, pudo cogerla sin problema.
Nos centramos en las grandes decisiones de nuestra vida sin darnos cuenta que tomamos miles de microdecisiones a lo largo del día, en cada momento, en cada segundo, determinamos con ello lo que vivimos, ¿y si en lugar de hacer de una forma, haces otro distinta? ¿y si en lugar de tomar un camino eliges otro?, y si, y si, y si… ysis que crean un gran entramado con multitud de posibilidades, no vale centrarse en los ysis, lo importante es ser conscientes de cada microdecisión que tomas.
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