En estos momentos se está produciendo una revisión de la Directiva Europea de delitos ambientales, y consideramos esencial que la misma incluya el ecocidio para que así se construya una barrera legal que prevenga y castigue los peores daños que se puedan cometer contra el medio ambiente.
En el mundo que vivimos, en el que nos estamos enfrentando a una gran crisis ecológica (que comprende el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad), es más necesaria que nunca la protección efectiva del medio ambiente. Sin embargo, nos encontramos con que el derecho penal internacional, incluido también el ámbito europeo, se enfrenta a dos retos de gran magnitud:
1. Los delitos contra el medio ambiente se han convertido en el cuarto mayor sector criminal del mundo y están aumentando de forma acelerada al tiempo que, a menudo, están relacionados de forma directa con la comisión de otros delitos graves como son el tráfico de drogas y de personas, el blanqueo de dinero y la alta corrupción. En contrapartida a esta situación, la aplicación de la ley continúa siendo desproporcionadamente muy baja.
2. Hay una gran ausencia de disposiciones penales que aborden los numerosos y variados casos de daños graves que son extensos o duraderos al medioambiente (cada vez más denominados "ecocidios"), daños que a menudo se originan como efecto secundario de prácticas industriales que están poniendo en peligro las bases de la vida planetaria. En numerosos casos, estos daños tienen un carácter transnacional, es decir, afectan a más de un Estado tanto por la comisión o los efectos de su comisión o porque su planificación se realiza en un Estado distinto al que se producen los daños.
Por ello, resulta imperativo reforzar los marcos jurídicos internacionales, y Europa debe ser un ejemplo de este cambio urgente y necesario de la protección ambiental a nivel penal. En diciembre de 2021 la Comisión Europea hizo una propuesta que introduce mejoras importantes en la anterior Directiva de 2008. Sin embargo, los medios para disuadir y sancionar con firmeza los peores daños reales y amenazados (es decir, el "ecocidio") siguen ausentes del texto que se ha redactado hasta ahora. Esta omisión corre el riesgo de convertirse en una grave oportunidad perdida. El reconocimiento del ecocidio como un crimen en la Directiva podría crear una barrera de seguridad esencial para la realización de la actividad económica, permitiendo que la protección del medioambiente se tome mucho más en serio y potenciando, al mismo tiempo, tanto la innovación como un cambio estratégico.
Aunque los distintos Estados miembros de la UE reconocen una serie de delitos medioambientales (por ejemplo, la contaminación), actualmente no hay ninguno que se refiera específicamente a los daños graves y extensos o duraderos al medioambiente. A menos que se llene este vacío legal y moral con respecto a los peores daños, seguirá siendo una lucha ardua el abordar adecuadamente incluso los daños que ya están sancionados. El reconocimiento específico del ecocidio y la consiguiente armonización a nivel de la Unión Europea respaldarán, por tanto, las leyes existentes (y su efectivo cumplimiento) en todos los Estados miembros. Esto también mostrará un fuerte liderazgo y un compromiso en la escena internacional ya que, al fin y al cabo, nuestro modelo económico extractivo y orientado a la competencia tiene una relación directa con la situación que padecen muchos Estados del mundo, incluyendo los Estados más vulnerables al clima. Ha llegado el momento de aprovechar esta oportunidad de cambio legislativo, de asumir la responsabilidad y, si es necesario, el momento de abrir nuevas vías jurídicas con el apoyo del Parlamento Europeo.
Para concluir, la urgencia de tomar medidas a la altura de la crisis global a la que nos enfrentamos ha sido expuesta a la comunidad internacional en términos inequívocos. El reconocimiento del delito de ecocidio en el contexto de la Directiva de 2008 bajo revisión reforzará las leyes existentes, proporcionando una pieza fundacional de la que se carece actualmente. Mostrará tanto liderazgo como compasión, ayudará a establecer una "línea roja" tanto moral como legal y creará la oportuna orientación para los líderes de la industria y para los responsables políticos en este periodo crucial, ya que las decisiones económicas y de gobernanza que se tomen ahora afectarán no sólo a nosotros mismos y a nuestros seres queridos sino a millones de especies y a muchas, muchas generaciones por venir.
Documento Stop Ecocidio: Leer el documento completo
Más información en la web: https://stopecocidio.org/
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