Dicen que cuando lloramos a quienes se van, lo que realmente lloramos es nuestro egoísmo por perderlos. Yo lloro por ti y por mi. Lloro por tu joven vida truncada por un violador y asesino, por el modo de morir tan cruel y doloroso, porque habrán enfermedades crueles y dolorosas pero al fin y al cabo se aceptan con resignación, saber que te van a asesinar no se acepta con resignación. Tu muerte no fue la plácida muerte que te producen los sedantes, tu muerte fue a carne viva, sin paliativo alguno, producida por un matarife de personas sin empatía y sin escrúpulos. Tu no merecías esa muerte injustificada. Lloro por mi, porque me duele tu dolor, me duelen esos últimos momentos de tu vida en los que no pude darte consuelo, coger tu mano, besar tu rostro, me duele la vida sin ti, sin ti ya nada tiene valor, sin ti no soy yo, sin ti me siento sola y desamparada. Lloro por ti y por mi, por mi dulce niña de la eterna sonrisa, por mi yo aquel que se marchó contigo y que nunca volverá. Te amo mi vida, hoy es otro día menos para volver a estar juntas.
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