Se han tramitado más de cincuenta proyectos fotovoltaicos con sus líneas de evacuación en las provincias de Madrid, Cuenca, Toledo y Guadalajara, que abarca una extensión de más de 10.000 hectáreas. Todo este proceso se está produciendo con el pretexto de combatir la crisis climática, minimizando y reduciendo la obligación de hacer una Declaración de Impacto Ambiental y excluyendo de ese proceso de participación pública a las vecinas afectadas, dejando en manos de las empresas la capacidad de decidir sobre la planificación futura del territorio.
Esta capacidad de decisión de las empresas tiene el beneplácito de las distintas administraciones, dividiendo el territorio entre norte y sur. Un norte rico y poderoso que se impone al un sur pobre y popular, que tiene que soportar todos los proyectos más contaminantes y agresivos en su territorio.
Este modelo impuesto por las multinacionales grandes empresas que cotizan en las bolsas internacionales no permite, o lo reducen a una mínima expresión, el autoconsumo, poniendo trabas a que los ciudadanos puedan disponer de sus propias instalaciones, ya que ello no le reportaría los dividendos deseados.
Con tal de seguir siendo los dueños de las energías, estas empresas no reparan en el daño que pueden hacer a nuestro medio natural ni a la población que en ellos habita, transformando si es necesario el paisaje drásticamente.
Con la avalancha de estos proyectos, extensas zonas de cultivo y de bosque mediterráneo se verán arrasadas para la instalación de miles de placas fotovoltaicas, eliminando allí donde se instalan gran parte de la riqueza faunística y florística con algunas especies de gran valor por su escasez o rareza. Otro aspecto no menos importante es la contaminación visual que supone la transformación en el paisaje, lo que hará irreconocible el territorio.
Tampoco se ha evaluado el cambio potencial en las condiciones atmosféricas derivada de la acumulación, unos al lado de otros, de estos proyectos, ya que al eliminar parte de la vegetación arbustiva y arbórea, la sequedad del terreno será notable, además del calor que producen las propias placas de cristal e infraestructuras artificiales que las soportan. Por otra parte, también se va a desequilibrar el régimen hídrico de los suelos en los que se asientan estos macroproyectos.
Los montes que hay en estos territorios, y que en muchas localidades se encuentran en franca recuperación forestal, se van a ver cercados, vallados y rodeados de estas infraestructuras, lo que puede suponer un impedimento a la libre circulación de la fauna, así como al ser humano.
De hecho, en muchos lugares donde están instalados estos polígonos fotovoltaicos, los habitantes locales se empiezan a quedar sin espacio para su esparcimiento. Algunos proyectos rodean inclusive núcleos de población enteros.
Otra consecuencia para los habitantes de estos municipios, principalmente agrícolas, es que su actividad profesional desaparecerá por completo o se verá muy mermada. Estos polígonos no traen puestos de trabajo como le gusta decir a las empresas, que utilizan datos fasos, o incluso, muy falsos. Numerosos estudios realizados apuntan a una planta fotovoltaica de unos 49 Mw y 100 ha crea sólo un puesto de trabajo permanente, menos que las tareas propia derivadas de la agricultura.
La instalación de los polígonos fotovoltaicos se llevaría por delante el incipiente bosque mediterráneo que jalona todo el Valle del Tajuña.
https://gassetabogado.com/empleo-local-energias-renovables/
Las organizaciones abajo firmantes, consideramos que todo este procedimiento es perjudicial para nuestro medio ambiente y territorio, y que se está realizando de manera antidemocrática y de espaldas a la sociedad civil.
Pedimos la retirada inmediata de estos proyectos y una moratoria en el desarrollo de estas energías, así como que se inicie un nuevo modelo en el que en lugar de sacrificar grandes extensiones de campos y montes, se priorice la implantación de proyectos de autoconsumo y se usen preferentemente las 83.982 hectáreas de suelo con uso urbano e industrial. También se cuenta con una gran superficie de terreno en el entorno y en las medianas de las autovías y autopistas de la región. (M-40, M-45. M-50 y las cinco radiales)
Los cuarenta y seis colectivos que firmamos el manifiesto animamos a la población en general, y a la de la zona en particular, a acudir a la marcha que el próximo sábado día 13 de abril se realizará en el pueblo madrileño de Ambite para expresar nuestro rechazo a la gran fotovoltaica que quiere instalar la empresa Armada Solar en la zona del Monte Valdealcalá, lugar de una gran biodiversidad y riqueza cultural. La cita es a las 10,30 en la entrada del pueblo, y el recorrido (de unos ocho kilómetros) es apto para todas las edades.
PLÁNTATE. (Huerto Urbano El Bercial), PLATAFORMA CONTRA MACROPLANTA
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