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Mujeres al poder
En nuestro país no existe la discriminación directa por razón de género a nivel legislativo. Sin embargo, sigue existiendo a nivel cultural y social, en el mercado laboral y en el ámbito familiar, entre otros.
A lo largo de la historia la mujer ha estado en clara desigualdad respecto al hombre en la posesión de derechos que, con el paso del tiempo, se han ido consiguiendo. Es el caso de derechos civiles como la posibilidad de abrir una cuenta bancaria, administrar los bienes sin consentimiento del padre o marido, ejercer el derecho a voto o incluso entrar en el ejército. La mayoría de estos derechos, que hoy en día parecen algo básico, se consiguieron a lo largo del siglo XX, en el marco de la Constitución del 1978, por lo que las mujeres llevan relativamente poco tiempo contando con ello.
La celebración, en 1975, del Día Internacional de la Mujer dio lugar a la creación de nuevos grupos feministas y a la celebración de las primeras jornadas a favor de la libertad de la mujer. Sin embargo, hasta la aprobación de la Constitución de 1978 la mujer no disfrutaría de plena equiparación jurídica. Mucho hemos cambiado, pero queda aún largo camino por recorrer. Los cambios deben de darse sobre todo en el acceso al mercado laboral, la conciliación familiar, la brecha salarial o el techo de cristal.
En el artículo 14 de nuestra constitución aparece reflejada la igualdad entre hombres y mujeres. “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”
La igualdad no quiere decir que hombres y mujeres sean iguales, Cuando hablamos de igualdad no nos referimos a la semejanza de capacidades o las cualidades físicas entre hombres y mujeres, sino que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades no pueden depender del sexo. Cuando se toma en cuenta la lucha de las mujeres por la igualdad se puede ver más claramente que ha sido una lucha por lograr una ciudadanía plena.
La idea del empoderamiento femenino ha estado presente a lo largo de la historia, representada por todas esas mujeres que se enfrentaron a los cánones establecidos y lucharon por la igualdad efectiva, el término en sí es relativamente reciente. De hecho, se adoptó en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que se celebró en Pekín en 1995 con el compromiso de los países de impulsar un cambio a favor de los derechos de las mujeres.
La Ley de Igualdad, aprobada en España en marzo de 2007, tenía como pretensión acabar con las desigualdades que aún existen entre ambos sexos.
En el artículo 23 se enfatiza “La igualdad entre mujeres y hombres deberá garantizarse en todos los ámbitos, inclusive en materia de empleo, trabajo y retribución.”
Debemos seguir avanzando para conseguir una sociedad en la que todos y todas tengamos en la práctica, las mismas oportunidades, la misma libertad y los mismos privilegios.
En nuestro país no existe la discriminación directa por razón de género a nivel legislativo. Sin embargo, sigue existiendo a nivel cultural y social, en el mercado laboral y en el ámbito familiar, entre otros.
Cada vez más vamos viendo la incorporación de la mujer en la política y en los puestos directivos de grandes empresas demostrando que pueden hacerlo igual o incluso mejor que un hombre. NO se trata de competir con los hombres, sino ir de la mano para que exista un compromiso por mejorar el mundo donde vivimos y que todo el mundo tenga las mismas oportunidades sea hombre o mujer.
“Las mujeres podemos ser lo que queramos, desde alcaldesas hasta futbolistas o informáticas. Cada vez tenemos más visibilidad en las series, películas y libros y en la sociedad en general”.
Por ello en el libro Todas cuentan encontramos la historia de 24 mujeres yeclanas que han destacado en el mundo del deporte, las artes, la educación o las ciencias, demostrando así que si uno se lo propone podemos conseguir cualquier cosa que queramos.
“Necesitamos mujeres que sean tan fuertes, que puedan ser amables, que puedan ser humildes, que puedan ser compasivas, que puedan ser racionales, que puedan ser libres”.
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