De la mano del paleontólogo Alfredo y del grupo senderista Naturicue, hemos descubierto tesoros que nos hacen ver los edificios con ojos diferentes.
El corte de las piedras hacen que se puedan ver de forma longitudinal, transversal, lateral, inclinado o parcial, en rocas sedimentarias, en las que podemos ver todo este material marino.
El recorrido es Plaza de España, Calle del Carmen, Plaza del Icue, Puertas de Murcia, Balcones Azules, Plaza San Francisco y Ayuntamiento.
Belemnites, cefalópodos del Mesozoico, es decir, calamares del período Jurásico. Este esqueleto es en forma de bala o chafada y que nada tiene que ver con el esqueleto del calamar actual que es una pluma transparente.
Amneoestes, erizos irregulares que viven enterrados o semienterrados en la arena, hacen cambios en su cuerpo para poder desplazarse por la arena, transformando las espinas por pelillos, haciendo ondas en la arena, que es lo que se ve en la piedra, es decir, su camino, son pistas de reptación de los erizos.
Sección transversal de un bibalvo, sobre roca clara, era una zona iluminada, de poca profundidad y oxigenada, tipo como el Mar Menor.
Gasterópodo, corte transversal de una caracola, Strombus Bobonius en el que se aprecian las cámaras internas, en el Pleistoceno y la parte de atrás de una ostra.
De la Era Terciaria, formaba parte del plácton, es el esqueleto, son los Nummulites, crean una madriguera cuyo interior es alicatada para que la galería no se caiga, vivían en una situación estresante que les obligaba a crear numerosas capas, es un Icnofósil o pista fósil, es decir, la huella que deja de su actividad.
Este gasterópodo, vivía en un fondo marino anóxico, con falta de oxígeno, eran limpiadores de cadáveres.
Erizo irregular del Pleistoceno, los puntos blancos, son algas, Heterostegina, nos dice que este animal es del período Mioceno Tortoniense, hay fósiles guía que indican el período geológico, tiene forma de campana y vivían medio enterrados.
Finalizamos en el Ayuntamiento de Cartagena, con una gigantesca Amonita de 42 cm, la "mascota" que se llama “Ginesico”, el tamaño es indicativo de que vivían a grandes profundidades por lo que tenían el aparato visual muy desarrollado, se alimentaban de otros ejemplares de su misma especie.
Y en el suelo un Rodolito, un alga calcárea que ha crecido sobre una concha, un caracol o una roca, es una sección transversal por lo que se ve internamente.
Sorprendente visión de la ciudad, que nos hace mirarla con ojos diferentes, convendría ponerla en el valor que merece.
Gracias Alfredo por mostrarnos este descubrimiento.
Fuentes:
Belemnites: Fósiles de moluscos cefalópodos del Mesozoico
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