Hemos charlado un buen rato; hemos quitado las fronteras; hemos acabado con las guerras; hemos coincidido en que su Corán y nuestra Biblia tienen cosas en común; hemos coincidido en que el planeta no es de unos pocos, es de todos; hemos coincidido en que las guerras son producidas por la ambición de unos pocos que mandan a luchar a muchos que ni quieren ni saben de poder.
María C.Betanzos | 15 oct 2022

Hemos charlado un buen rato; hemos quitado las fronteras; hemos acabado con las guerras; hemos coincidido en que su Corán y nuestra Biblia tienen cosas en común; hemos coincidido en que el planeta no es de unos pocos, es de todos; hemos coincidido en que las guerras son producidas por la ambición de unos pocos que mandan a luchar a muchos que ni quieren ni saben de poder.
Me ha presentado a Carmen, su ex mujer, una fisioterapeuta honrada que no ha intentado sacar partido a mi estenosis, ha sido franca al decirme que no mejoraré con ningún tratamiento, que mi única solución es la operación.
Carmen se marcha.
Mi pierna comienza a resentirse, Addelali saca una silla, en la fachada del taller el sol es un justiciero implacable, por lo que Addelali cruza hacia la otra acera con la silla, es para mí, aquí a la sombra otoñal se está bien, de vez en cuando sopla una brisa agradable.
Addelali sale con un vaso y una botella de zumo y me lo ofrece mientras me dice que lo tome para refrescarme. Su hospitalidad, la de su pueblo y la de su gente han viajado con él a esta tierra lejana donde tuvo que venir buscando un porvenir mejor.
Mientras él trabaja en mi coche yo escribo sobre él, y mientras, maldigo a todos los racistas que insultan a su raza.
Musulmán o cristiano, que más da, cada uno rinde culto a su Dios que al fin y al cabo es el Dios de todos.

Deja un comentario